¿EN LA NEVERA O POR FUERA? MEJOR MANERA DE CONSERVAR HUEVOS: LA POSICIóN TAMBIéN AFECTA

La fluctuación de temperaturas en el ambiente, especialmente de bajas a altas, puede dar como resultado la condensación de agua en la superficie de la cáscara de los huevos. Este fenómeno, a su vez, podría propiciar la entrada de microorganismos al interior del huevo a través de sus poros, por lo que se requiere una correcta conservación de estos alimentos.

A su vez, como protección ante diversas bacterias y microorganismos, los huevos cuentan en su interior con una pequeña cutícula que envuelve al huevo por debajo de la cáscara; sin embargo, esta fina capa puede romperse con cambios muy bruscos de temperatura, por lo que en los supermercados los huevos suelen almacenarse en temperatura ambiente para evitar los riesgos asociados con los cambios térmicos extremos y, una vez se compran, en el hogar también se deben seguir algunas recomendaciones, por lo que acá le contamos la mejor manera de conservarlos en casa:

¿Cómo los puede conservar en casa?

Según un artículo publicado en el sitio web oficial de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés), estos son los pasos para conservar de manera correcta los huevos:

1. Una vez los compre, guárdelos de inmediato en la nevera, a una temperatura de 40° F o menos.

2. Procure guardarlos en su caja original y úselos dentro de las 3 semanas posteriores.

Así también, un consejo es sacar de la nevera únicamente los huevos que serán consumidos y no lavarlos nunca, pues la presión del agua podría romper la cutícula y dejarlos expuestos a las bacterias, tal y como apunta la regulación de la Unión Europea: “tales prácticas pueden dañar la cáscara del huevo, que es una barrera efectiva contra el ingreso bacteriano con una variedad de propiedades antimicrobianas”.

¿Qué posición es mejor para conservar el huevo?

La principal distinción en la conservación entre un huevo de gallina destinado a la reproducción y uno destinado al consumo, está en cómo se colocan para el reposo. En el caso de los huevos de reproducción, es indispensable que la parte ancha, donde se encuentra la cámara de aire, esté hacia arriba para permitir la respiración del embrión. Por otra parte, en el caso de los huevos que son destinados al consumo, se deben colocar con la cámara de aire hacia abajo, especialmente si van a ser almacenados por períodos prolongados, esto, para evitar la pérdida de humedad y peso.

Esto quiere decir que sería importante colocarlos con la parte más afilada hacia abajo, ya que se sugiere que, si se ponen al revés, la yema no quedaría totalmente cubierta por la clara, por lo que el huevo correría el riesgo de estropearse. Sin embargo, con la parte afilada hacia abajo, se estaría “alargando” la vida útil del huevo y mejorando su calidad al consumirlo. No obstante, esto no ha sido comprobado científicamente, pues lo más relevante durante el periodo de conservación es controlar correctamente su temperatura y manipularlos de manera higiénica.

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