CóMO PODAR UNA PARRA: LA MEJOR éPOCA Y LOS TRUCOS PARA HACERLO BIEN

Uno de los iconos del paisaje Mediterráneo son los campos de vid, viñas o parras. Se trata de una planta preciada por la belleza de sus extensiones que además nos proporciona un tesoro gastronómico: la uva.

Pero la parra también es una planta que es sencilla de cultivar en casa,  aunque sea en un pequeño huerto en poco espacio,  y que te ayudará a crear sombra en verano, si la haces crecer en un emparrado. Eso sí para que crezca sana y dé muchos frutos hay que podarla regularmente. Es decir, eliminar todo aquello que la planta no necesita para potenciar lo que sí le es indispensable y mejorar su crecimiento y producción.

La parra, una trepadora con una estructura particular

Antes de entrar a hablar de cómo podar las parras, conviene saber cómo es la estructura de esta planta. Se trata de una planta trepadora que se enrolla alrededor de un soporte, sujetándose con los zarcillos (las estructuras con que se agarran las trepadoras). Estas son las partes principales:

  • Las raíces, que son subterráneas, absorben agua y nutrientes y almacenan energía para el crecimiento y desarrollo de la planta.
  • El tronco, la parte principal de la planta, de madera gruesa y resistente, sostiene las ramas.
  • Los brazos, que sostiene las hojas, brotes, zarcillos y racimos. Hay brazos que son permanentes y forman parte de la estructura principal de la parra y otros que no y que, cuando ya no dan frutos, se podan de una temporada a otra para asegurar el buen crecimiento de la planta.
  • Los sarmientos (también denominados brotes) son ramas jóvenes que crecen a partir del tronco o los brazos principales y de las que salen hojas y uvas. Salen cada año a partir de una yema del año anterior y se podan de un año a otro.
  • Los pulgares o dedos, que son lo que queda del sarmiento podado, habitualmente con algunas yemas que serán la base de la producción de frutos del año siguiente.
  • Las hojas y los racimos.

Tipos de podas de la parra

Hay que tener en cuenta que hay dos tipos de podas diferentes en función de la edad de la planta y el objetivo que queramos conseguir: de formación o de fructificación.

  • La poda de formación: se hace en los primeros años de vida de la planta (3 o 4 años) para guiar y dar forma a la parra. Para ello, se coge la rama más fuerte, que será la principal, y se eliminan todas las ramas “débiles” desde la base.
  • La poda de fructificación: esta poda se hace en parras más viejas que ya tienen la forma adecuada. El objetivo es mantener su forma y favorecer que den frutos. Para ello hay que eliminar los tallos enfermos o viejos, que ya no dan brotes, de forma que los nuevos tengan más ventilación y les dé mejor el sol.

¿Cuándo se podan las parras?

La poda de las parras hay que hacerla cuando la planta está en periodo de vegetación, antes de que empiecen a crecer los nuevos brotes. Es decir, entre finales de invierno y principios de la primavera.

Adicionalmente, se puede hacer una poda a finales de primavera si hay demasiados brotes no productivos. Esto sirve para eliminar las hojas y brotes que sobrecargan la planta y ayudar a que los nutrientes se concentren en los brotes productivos.

Consejos para podar las parras

Para podar la parra, lo primero es limpiar y desinfectar las tijeras de podar que vayamos a usar y asegurarnos de que están bien afiladas para poder realizar cortes limpios. Ten en cuenta también estos consejos a la hora de podar:

  • Al cortar los sarmientos del año anterior, conviene mantener dos o tres yemas para asegurar la producción del siguiente año.
  • Hay que cortar la rama en bisel un centímetro o dos por encima de la yema y en contra de esta, es decir, que la parte alta del corte quede en el lado de la yema.
  • Los pulgares que apunten hacia abajo pueden podarse porque ya no serán productivos.
  • Si hay ramas o partes enfermas, desinfecta bien las tijeras después de cortarlas para evitar extender la enfermedad.
  • Ten en cuenta que una poda excesiva puede hacer que la parra produzca pocos frutos, mientras que podar demasiado poco puede debilitar la planta. La calve está en encontrar el punto intermedio.

Por otro lado, es mejor hacer la poda cuando no hay previsión de lluvia, para evitar que por los cortes entren enfermedades en la planta.

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