La gastronomía de España está compuesta por los platos de las diferentes regiones. Cada comida refleja las costumbres y tradiciones de las comunidades autónomas, utilizando como ingredientes sus productos típicos.
Son muchos los platos que representan a Aragón. Entre ellos se destacan el ternasco, el pollo al chilindrón y las migas. Pero ninguno de ellos se prepara de forma tan simple como los tradicionales crespillos de borraja.
Los crespillos de borraja son un plato tradicional aragonés, específicamente arraigado en la provincia de Teruel. Este dulce, sencillo pero lleno de sabor y tradición, tiene sus raíces en las celebraciones religiosas y las festividades populares aragonesas.
La borraja, ingrediente principal de los crespillos, es una verdura muy consumida en la región. Tradicionalmente, se ha considerado una planta con propiedades beneficiosas para la salud, lo que le añade un valor adicional a este plato.
Surgieron como una receta ligada a las celebraciones de la Anunciación y el Día de la Virgen, que tienen lugar el 25 de marzo. Este día marcaba un momento especial en el calendario festivo aragonés, en el cual se preparaban como una forma de festejo y convivencia comunitaria.
Su consumo se ha popularizado y extendido a otras celebraciones y reuniones sociales. En la actualidad, no sólo se preparan en contextos festivos, sino que también se pueden encontrar en bares y restaurantes como una muestra de la gastronomía local.