FLAN DE HUEVO EN MICROONDAS

Preparar flan de huevo en el horno no es precisamente una tarea complicada, ya que el electrodoméstico hace la mayor parte del trabajo. Pero es un proceso que lleva su tiempo, además de que el baño maría que pide para quedar cuajado pero sedoso da pereza y miedete a partes iguales (por aquello de que puedes quemarte). La solución está en otro electrodoméstico que mucha gente usa básicamente para calentar leche, aunque tiene muchísimas otras posibilidades culinarias: el microondas.

Para que quede cremoso y sedoso, el único truco es no pasarse con la potencia de la cocción: 500W nos darán un buen punto, no pienses en coger un atajo porque quedará más parecido a una tortilla que a un flan. También ayudará dejar que repose entre los ciclos para que el calor residual haga su trabajo, y ajustar los tiempos con el sistema más antiguo e infalible: vigilarlo de cerca. Si la vista no te da las pistas necesarias para saber si hay que cocinarlo más o no, hunde un palillo o una brocheta de madera en la zona de la discordia. Si sale con masa pegada, aún le falta un poco para cuajar.

Puedes prepararlo con un día o dos de antelación -cúbrelo con film o una tapa de silicona para que no se seque- y tomarlo solo o acompañarlo con una buena nata montada. No lo he probado -todavía-, pero he visto algunas recetas de flan de queso que usando la misma técnica de cocción sustituyen el azúcar por 200 gramos de leche condensada y otros 200 de queso de untar. Para la versión con dulce de leche, quita el azúcar y pon unos 200 gramos de este ingrediente.

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